En la historia de la humanidad son
innumerables los aportes con los que la ciencia y la tecnología han contribuido
al progreso y al desarrollo social. En la última década, estos avances se han
multiplicado de manera exponencial y esto se debe principalmente a la “mayor
iniciativa de investigación del siglo XXI”: la
convergencia tecnológica.
La evolución e interrelación de cuatro
tecnologías –nanotecnología, biotecnología,
tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y ciencias cognitivas–
está provocando una auténtica revolución en campos tan distintos como la
construcción, el transporte, la agricultura, la medicina, la educación y el
arte; una revolución cuyo alcance seguramente va mucho más allá de lo que
podemos llegar a imaginar hoy. Ha empezado la era de las tecnologías
convergentes. La gran interacción entre las cuatro disciplinas hace que cada
una de ellas esté en contacto con las otras tres: cooperan, comparten y se
complementan.
NANO: La nanotecnología está especializada en
los componentes básicos de la materia (átomos y moléculas) y en las propiedades
derivadas de su interacción.
BIO: La biotecnología utiliza sistemas
biológicos o sus derivados con el fin de crear productos o procesos para usos
específicos.
TIC: Las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se dedican al tratamiento
automático de información por medio de ordenadores.
COGNO: Las ciencias cognitivas estudian cómo
se representa y transforma la información en el cerebro
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